Mi padre, que era un hombre muy
sabio, me enseñó, entre muchas otras cosas, que antes de tomar una decisión,
debía conocer todos los datos. Siempre
me decía que en una situación de conflicto, debía escuchar a todas las partes y
después tomar una decisión o formarme una opinión. También me enseñó a ponerlo
todo en una balanza para intentar ser lo más justa posible. A distanciarme para
intentar ser objetiva y a utilizar el razonamiento lógico. Así que, siguiendo las enseñanzas de mi padre,
y de mi madre también, una vez visto, leído y oídos todos los argumentos, he
decidido apoyar la huelga feminista.
Dicho lo cual, parto de la base del
respeto a las libertades individuales ―algo que también me enseñaron mis
padres ―,
así que quien no quiera apoyar
la huelga, está en su derecho y lo respeto. Lo triste es que hay mujeres que
apoyan la huelga pero su situación no les permite hacer un paro, lo entiendo y
las apoyo. También respeto a aquellas que no la hacen porque no les da la gana.
Si toman la decisión libremente, es totalmente respetable. No podemos
criticarlas por hacer lo que lo que quieren. Pero lo que ya me resulta más difícil
de digerir, son algunos argumentos que se dan para no sumarse a esta
reivindicación, y en los últimos días hemos escuchado auténticas barbaridades. Para mí es evidente que también existe una
corriente muy crítica, por no decir de acoso y derribo, contra las feministas,
negando lo evidente. Claro que esto no es nuevo, si las mujeres «nos salimos
del tiesto», nos atacan. En fin, nada nuevo bajo el sol. De todas formas, parece
que no se entiende muy bien lo que significa el feminismo. Feminismo es Igualdad. Pero igualdad real, no
sobre el papel. Que hombres y mujeres tengamos las mismas oportunidades. Y
queremos a los hombres a nuestro lado, sin ellos, esto tampoco sería posible. Queremos
compañeros, no protectores. No luchamos
contra los hombres, ni mucho menos los odiamos, luchamos contra un sistema
establecido que nos infravalora o nos exige mucho más que a nuestros compañeros,
y no me lo invento, los datos están ahí. Vaya, me acabo de dar cuenta que, además
de feminista, ahora también soy anti―sistema…
Durante muchos años me he dedicado a
la consultoría de recursos humanos, así que me inclino más por la selección del talento. El sistema de cuotas no es lo
deseable, pero sí ha sido y es necesario. Si no fuera por eso, las mujeres
seguiríamos en inferioridad de condiciones, por mucho que algunas personas no
quieran verlo.
No sé de dónde se han sacado que nos «victimizamos».
Nooo, nada más lejos de la realidad, somos cada vez más luchadoras y peleamos
por lo que creemos que es justo. Las
mujeres estamos cada vez más empoderadas y, por suerte, somos cada vez más
conscientes de nuestros derechos.
Por otro lado, he leído algún alegato
explicando que las mujeres decidimos, que hacemos lo que queremos y bla bla bla…
Y estoy de acuerdo en parte, pero es que
el hecho de que haya mujeres que no se sientan discriminadas por su sexo, no
significa que no haya muchas otras que sí lo están y por eso luchamos. Gritamos
por nosotras y por todas aquellas que no tienen voz o que están sufriendo y,
por desgracia, son muchas. Esto es lo que se llama sororidad, concordia entre
mujeres que implica un reconocimiento mutuo, plural y colectivo. Y que levante
la mano la mujer que no ha sufrido alguna vez y en sus propias carnes algún
episodio de acoso sexual, de discriminación laboral, desigualdad o críticas
feroces por sus decisiones…
También he leído por ahí que esto se
soluciona con educación, no con huelgas. Bueno, también estoy de acuerdo en
parte… En la parte que habla de la educación. Es más, eso ya lo dijo Mary
Wollstonecraft allá por el siglo XVIII, y varios siglos después, seguimos en
las mismas. Por desgracia, la educación
en igualdad no se consigue de un día para otro. Y, en cualquier caso, todo lo
que estamos viviendo en estos momentos, es otra forma de educar. Nunca antes se
había hablado tanto de la situación de las mujeres, que es otra manera de
concienciar, aprender y comprender. Porque sin las luchadoras que nos han
precedido y las que ahora gritan por sus derechos, yo no estaría escribiendo
esto, lo más probable es que ahora mismo estuviera en la cocina preparando la
comida para mi marido…
Intentemos ser objetivas, haceos las siguientes preguntas:
―¿Hay más mujeres asesinadas por sus
parejas que hombres? SI
―¿Hay más mujeres maltratadas que
hombres? SI
―¿Las mujeres sufren más acoso sexual
que los hombres? SI
―¿Se juzga a las mujeres víctimas de
una violación? SI
―A pesar de que hay más mujeres
universitarias que hombres ¿Hay más hombres en puestos directivos que mujeres? SI
―A igual puesto de trabajo ¿las mujeres cobran menos que los
hombres? SI
―¿Hay más mujeres en el paro que
hombres? SI
―¿Las mujeres se ocupan
mayoritariamente de las tareas del hogar? SI
―¿Critican a las mujeres que no
quieren ser madres? SI
―¿Despiden a las mujeres cuando se
quedan embarazadas? SI
Y podemos seguir para bingo hasta el
infinito y más allá…
Por eso, y por muchos otros motivos,
me sumo a la huelga feminista. Porque falta mucho camino por recorrer y debemos
hacerlo juntas y unidas y porque, para conseguir una igualdad real, también necesitamos a los hombres a nuestro
lado. Porque todas y todos juntos podemos hacer un mundo mejor.
Entrada genial!!!!
ResponderEliminarGraciasss
EliminarWe can do It!!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarYes, we can
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