lunes, 30 de mayo de 2011

"LA PROMETIDA" - Shana Abé


El clan Kincardine, tiempo atrás poderoso, se encuentra sumido en la miseria. Una antigua profecía anunció que una maldición lo atormentaría durante cien años, hasta que el heredero del clan desposara a una doncella guerrera, cuyos ojos serían del color del brezo y tendría la capacidad de ver cosas que al resto del mundo permanecen ocultas.

Al regresar de las cruzadas, Marcus Kincardine descubre que su clan se encuentra totalmente arruinado, por lo que se decide a buscar a la muchacha profetizada para desposarla. Lady Avalon, por su parte, no cree en maldiciones, sino en su capacidad para decidir su camino sin interferencias ajenas. Sin embargo, todos a su alrededor desean dirigir su vida; incluso su tío y protector, que esconde un terrible secreto.

Marcus tendrá que luchar contra el sombrío destino que aguarda a su gente, y convencer a Lady Avalon de que la pasión que siente por ella es genuina. Pero, a pesar del fuego que empieza a crecer en su interior, Lady Avalon se niega a sacrificar su vida en aras de una absurda profecía, y Marcus se verá obligado a vencer a un enemigo mucho más peligroso que los sarracenos: la mujer que ama.

Avalon d'Farouche de Trayleigh es fría, inhumana. Sólo piensa en sí misma. Está contaminada por la oscura sangre escocesa y sus rituales bárbaros. Su corazón está hecho de negros témpanos de hielo.

Qué poco la conocían en realidad.”

Desde que Lady Avalon nació, su vida ha estado marcada por una antigua profecía. La prometen siendo poco más que un bebé al heredero Kincardine y debido a la prematura muerte de sus padres, su infancia se ve sometida a una serie de maltratos con el fin de prepararla para cumplir la leyenda que dice que una doncella guerrera salvará al clan escocés de una vida miserable. El padre de su prometido la entrena duramente, a base de golpes, desprecios y duras lecciones. Ella se ve sometida a una serie de vejaciones que no sólo endurecen su carácter sino que también la alejan de la sociedad.

Además, posee un don que le hace ver cosas que los demás ni siquiera perciben, como los problemas que asolan el alma o incluso el futuro. Esto hace de ella una mujer solitaria y despreciada por su entorno. Cuando vuelve a su hogar, que ahora ocupa su primo ya que heredó el título, también se ve sometida a situaciones inesperadas que hacen que tome la firme decisión de ingresar en un convento para evitar tanto el matrimonio con Kincardine como con su primo Warner d'Farouche, con quien la quiere casar su primo Bryce.

Enterado Marcus Kincardine de los planes que Bryce tiene para Lady Avalon, decide secuestrarla y llevarla a sus tierras más decidido que nunca a casarse con ella. Y aunque no la conoce, no puede evitar sentirse intensamente atraído por esta joven tan especial.

Los enfrentamientos entre ellos son constantes, principalmente porque Avalon se resiste al futuro que le espera, rechaza los sentimientos que Marcus le produce y niega rotundamente que exista la profecía. Por otro lado, ella tiene un miedo profundo a que Marcus sea como su padre, un hombre violento y desconsiderado; pero a pesar del trato que la doncella dispensa a su prometido, éste la trata de manera amable y afectuosa.

Siendo un niño, Marcus se alejó de su padre porque no quería ser como él. Pasa varios años en las cruzadas y vuelve convertido en un hombre honorable, seguro de sí mismo y curtido en batalla. Se muestra afectuoso, respetuoso y considerado con Avalon y trata de convencerla por todos los medios posibles de que no es como su progenitor. Finalmente el amor triunfa, Avalon consigue superar sus temores, asumir su don especial y su lugar en el mundo.

“La Prometida” es una historia con un trasfondo un tanto místico, algunas aventuras y peligros, traiciones y luchas que podría haber resultado más interesante aún si la autora no se recrease continuamente en la famosa profecía. Utiliza tanto este recurso que llega a cansar. Reconozco que no ha conseguido captar mi interés de manera constante, había partes del relato que de tan manidas, resultaban ya aburridas. Una pena, porque no es un mal argumento, simplemente creo que no está adecuadamente desarrollado.

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