Hoy, 4 de Noviembre, he tenido el honor de presentar el tercer libro de D. Luis de Miranda, Director de Radio Social Atlántico, en la Fundación Nova Caixa Galicia.
En primer lugar quiero agradecer a Luis de Miranda la confianza que ha depositado en mi para hacer la presentación de su último libro, lo que para mi supone un honor. Gracias Luis.
Luis de Miranda es, principalmente un comunicador. Un hombre cuya trayectoria vital ha estado siempre ligada a los medios de comunicación, a los que se dedica desde el año 1953. Es también un destacado cronista político y social; y eso unido a otras experiencias que le han llevado a vivir 18 años en Venezuela y 10 en París, conforman en cierta manera la historia que hoy les presentamos.
Según las propias palabras de su autor, “Ambivalentes” refleja esa ambivalencia, esa dualidad que en muchos casos caracteriza a los seres humanos quienes, de puertas para afuera somos todos muy buenos, pero que habría que vernos en nuestra intimidad.
Cuando hago una reseña o una crítica, nunca me gusta desvelar demasiado sobre el argumento de un libro, porque opino que es mejor que el lector vaya descubriendo por sí mismo la historia que tiene en las manos. El valor de un libro está en lo que nos hace sentir, a cada uno de nosotros, como individuos; por eso no voy a destripar demasiado la novela de Luis porque todo dependerá de la visión de cada lector.
“Ambivalentes” es una novela con grandes dosis de erotismo, crítica político-social y crónica histórica. De cronología lineal, el argumento se desarrolla en las dos últimas décadas del siglo XX, utilizando tres momentos en el tiempo. La primera parte de la novela se ambienta en Estados Unidos y la segunda y tercera parte en Venezuela (país que Luis conoce muy bien), quizá buscando un contraste entre la forma de ver la vida de los americanos del norte y los latinoamericanos.
En la primera parte, se da a conocer a los personajes principales de la obra: Franklin (venezolano), Rubén (portorriqueño), Steven (neoyorkino), Cheryl (de Phoenix, Arizona) y Miranda (de Trenton – Nueva Jersey). Todos ellos estudiantes de la prestigiosa Universidad de Harvard. La fortuna y el éxito social les sonríen y una vez finalizados los estudios deciden pasar juntos las vacaciones haciendo un viaje con paradas en cada una de sus respectivas residencias familiares (todas ellas mansiones que derrochan lujo y riqueza). El primer lugar al que se dirigen es la residencia familiar de Steven en Nueva York, hijo de un alto cargo de la Casa Blanca. Tras su estancia en Nueva York, parten hacia Trenton – Nueva Jersey para pasar unos días junto a la madre de Miranda, quien es hija de un magnate del petróleo. El viaje termina en Miami, en la residencia de verano de Franklin.
Los personajes están viviendo el final de una etapa. Todos ellos tienen un rasgo en común que es el profundo vacío interior que, pese a tenerlo todo, no pueden dejar de sentir. Sus vidas, anhelos y relaciones emocionales son analizadas desde un punto de vista sexual, en donde se prueba de todo y se acepta como válido todo. En ella el autor nos presenta esa ambivalencia sexual que todo humano lleva dentro pero que pocos realmente se atreven a experimentar. Casi juega con el posicionamiento moral del lector.
Tras unas vacaciones en las que todos ellos dan rienda suelta a una serie de juegos prohibidos y a sus pasiones más descontroladas, vuelven a sus casas. Ahora, a estos jóvenes mimados y de clase acomodada, les ha llegado la hora de interpretar sus papeles de hombres y mujeres responsables pertenecientes a la clase dirigente.
La segunda parte está más centrada en el personaje principal, Franklin Guariguata. Poco a poco, el relato se va transformando más y más en una crónica política y social de la reciente historia de Venezuela. El autor se sirve de este personaje para detallar el proceso que llevó a Venezuela a la ruina, comenzando por la época de máxima expansión y apogeo económico, profundizando en las claves germinales de la grave crisis que sufrió antes de que Hugo Chávez llegara al poder en 1999.
Y de nuevo aquí vemos la ambivalencia de los seres humanos, ya que Franklin deja de ser un joven idealista, tranquilo, pacífico e incapaz de solucionar sus peleas por medio de la violencia para convertirse en la mano negra de la justicia. Una vez dentro del poder resulta tan corrupto como aquellos a los que él tanto criticaba en su época de estudiante.
En la tercera parte, nos encontramos con una nación al borde de la bancarrota y con unos dirigentes, aún si cabe, más corruptos e insensibles a los problemas socio-económicos que asolan su país; donde lo que prima es la individualidad sobre la colectividad.
Aunque con la lectura de los primeros capítulos podríamos pensar que se trata de una novela erótica, ya que encontramos muchas características propias de este género literario; poco a poco y al ir profundizando, el relato se va transformando en una crónica política y social de la reciente historia de Venezuela de la que Luis de Miranda ha sido testigo directo; con ciertos toques también propios de una novela negra. Sin duda, en muchas ocasiones se nota la experiencia de Luis como comentarista y articulista de opinión, con una visión periodística de los hechos que llevaron a Venezuela a la ruina, adaptando además el lenguaje utilizado según se trate del narrador o la nacionalidad de los personajes.
El autor nos presenta situaciones que el común de los mortales ni hemos vivido ni viviremos, no sólo por el lujo y la opulencia en la que viven sus personajes, sino también por las experiencias que viven y el ambiente de alto nivel en el que se mueven pero que no dejan de ser realidades en la vida de algunas personas. No es una lectura fácil, especialmente por la crudeza de algunas de las escenas y experiencias relatadas. Aunque todo dependerá de las creencias, moralidad y ética del lector.
“Ambivalentes” es una novela para adultos que en muchas ocasiones nos planteará ciertos cuestionamientos éticos, no sólo en el ámbito sexual sino también en el terreno moral. Y tal y como dice en una de sus páginas............
“Si los seres humanos fuésemos sinceros y diésemos la espalda a los comentarios sociales, cuantas experiencias no viviríamos todos, siempre y cuando se nos garantizara la ley del silencio: esa de los sicilianos o de los gallegos. Es por esa razón, y no por otra, que mujeres y hombres nos abstenemos de muchas experiencias, porque nadie nos garantiza ese silencio: el que adormece en nuestras conciencias. Aunque, en honor a la verdad, siempre nos encontraremos con algún que otro suicida que arriesga su privacidad por una nueva vida. Si bien, son los menos. Porque si fuera de otro modo, este vivir hipócrita y corrupto dejaría de serlo. Y de no existir esas excepciones, la vida social resultaría un aburrimiento: ausencia de dimes y diretes, de páginas amarillistas, de revistas del corazón, etc.”
¿Qué haríamos cada uno de nosotros en esa situación?
Con los Concejales del Ayuntamiento de La Coruña
Has desgranado el argumento maravillosamente Trini y la novela de Luis Mirandas parece realmente interesante.Un saludo
ResponderEliminarMuchas gracias Lola...
ResponderEliminarBesos