Vestida de terciopelo negro y haciéndose pasar por una condesa viuda, Gabrielle de Beaucaire ha regresado a Inglaterra con un solo fin: arruinar al hombre responsable de la muerte de su joven amante. Logra atraer a su lecho a Nathaniel Praed, el mayor maestro de espías de Inglaterra, y convencerlo de que ella podría ser la agente perfecta para su servicio secreto. Pero no puede prever la sensación turbulenta que la embarga al mero contacto con él..., sensación que Nathaniel tampoco puede contener cuando esa mujer alta y pelirroja oprime sus labios contra los suyos.
Gabrielle de Beaucaire, huérfana, ahijada de Talleyrand, con un pasado en Inglaterra y un presente en Francia. Inteligente, atrevida, deshinibida, fuerte y activa. Aunque la historia se desarrolla a principios del Siglo XIX casi se podría decir que su perfil es el de una mujer de nuestros días. Se dedica a espiar para su padrino, siguiendo los pasos de su amante Guillaume, también espía. Éste es asesinado y ella jura vengarse de quien ordeno su muerte: Nathaniel Praed, Jefe de Espías del Gobierno inglés.
Nathaniel Praed, serio, receloso y desconfiado. Es un viudo joven y amargado por la temprana muerte de su esposa, a la que adoraba. Helen murió al dar a luz a su único hijo, Jake. El niño es igual que su madre y él no puede soportar la visión de su propio hijo. De Nathaniel depende la red de espías de su país y dedica todos sus esfuerzos a su trabajo, olvidándose incluso de Jake, con quien mantiene una relación muy distante y fría.
Gabby consigue que Nathaniel la reclute para su red de espionaje contra Francia, lo que éste no sabe es que ella está haciendo un doble juego. Lo que ninguno de los dos puede evitar es la intensa y abrasadora pasión que los une. No obstante, esta fuerte atracción está llena de recelos y desconfianza. Tendrán que superar muchos obstáculos y dificultades para, al final, poder amarse sincera y libremente.
En principio, el argumento me pareció tremendamente interesante... amor, pasión, espionaje, engaños y traiciones. Sin embargo, creo que la historia no tiene consistencia; en ocasiones la trama te atrapa y en otros momentos llega a aburrir. La autora le da vueltas y vueltas a los hechos hasta que al final te pierdes y ya no sabes en qué consistía la venganza de Gabby, si realmente es viuda o es todo una farsa, si ella era una espía de verdad o una simple mensajera; o porqué decidió colaborar con Talleyrand en las labores de espionaje. Por otro lado, aunque lo que une a ambos protagonistas es un deseo y una lujuria abrasadoras e irrefrenables y hace referencia a ello en numerosas ocasiones a lo largo del libro, la autora casi pasa por alto las escenas íntimas, contándolas con simples pinceladas. Ya que, evidentemente, es la propia escritora quien decide llevarnos por un camino de sensualidad, se podría esperar un poco más de detalle. En cualquier caso, tampoco nos habla de sentimientos profundos, no sientes esa clase de amor que traspasa las páginas. Cuando terminé de leer el libro casi me preguntaba si realmente Gabby y Nathaniel se amaban de verdad o, con el tiempo, acabarían divorciados...
A pesar de todo lo que acabo de decir, aún no he sido capaz de decidir si es un buen libro o no. Está bien ambientado y la base argumental es interesante; pero mientras lo leía, a ratos me gustaba y a ratos lo odiaba, por lo que me dejó una sensación, sobre todo, de confusión. No sé si recomendarlo o no. Hay libros que me encantan de principio a fin y hay otros que me aburren mortalmente y ni siquiera los termino. En el caso de “La Impostora” aún no he conseguido posicionarme. Quizás deba releerlo más adelante a ver si consigo verlo con otros ojos...
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