La cogió por sorpresa
Cuando un hombre desnudo entra por la ventana de su alcoba, Lady Elizabeth Runyon hace lo correcto: grita con todas sus fuerzas. Y luego... bueno, Lizzie ya está harta de hacer siempre lo correcto. Ahora quiere ser más descarada. Incluso lasciva. Nadie la obligará a que se ponga el camisón. Esta vez va a ser del todo atrevida.
Ella le devuelve el favor
Robert Hamilton, Conde de Westbrooke, no tiene ninguna intención de que una detestable mujer le engañe para casarse con él y si para evitarlo tiene que huir desnudo por el tejado, lo hará. ¡Genial!. Una ventana abierta le aguarda... y también la fascinante y hermosa Lady Elizabeth, sin ropa y un poco ebria. ¡Vaya por Dios!. Si les pillan juntos, tendrá que casarse con ella. La idea es deliciosa... y la tentación es irresistible.
Robert Hamilton, Conde de Westbrooke, es un típico joven de la nobleza inglesa, su rasgo más destacable es su inmensa capacidad para la diversión y la alegría. Soltero empedernido, pero no por propia voluntad, ama a Elizabeth Runyon, hermana de su gran amigo James el Duque de Alvord, desde hace años... pero un secreto en su vida le impide cortejarla... Ante ella no muestra sus verdaderos sentimientos porque cree que jamás podrá hacerla suya. Aunque lo conocemos de entregas anteriores, en “El Conde Desnudo” descubrimos quién es en realidad Robbie y vemos que toda esa alegría es casi una fachada, una forma de evadirse del problema que lo atormenta y que casi nadie conoce.
Elizabeth Runyon es una hermosa y encantadora joven de la alta aristocracia. Hija y hermana de un Duque lleva una vida regalada llena de lujo y diversión. Lizzie está enamorada de Robbie desde que era casi una niña. Llega un momento en que ya no sabe qué hacer para atraer a su amado y hacer que se declare, creo que en el fondo de su corazón sabe que él la ama y no entiende porqué rechaza todos sus avances. Lizzie decide ser más atrevida para conseguir su objetivo ya que no puede amar a nadie más que a Robbie.
Como en toda esta saga, hay dos “malos” que intentarán complicar las cosas. La odiosa Lady Felicity lleva años persiguiendo al Conde con el único objetivo de convertirse en la Condesa de Westbrooke. Lord Andrew es un ser despreciable que desea a Lizzie y odia a Robbie. Ambos se alían para tratar de comprometer a cada uno de los protagonistas y así conseguir casarse con ellos. Afortunadamente sus planes salen mal y los que terminan en una situación complicada son Lizzie y Robbie, así que no les queda más remedio que casarse para salvar la reputación de la joven. El matrimonio no es lo que Lizzie espera ya que su marido ni se acerca a ella. Él vive atormentado pero ella no entiende porqué. Tiene que ser la extravagante Lady Beatrice quien les ayude a solucionar sus problemas para que puedan tener un matrimonio feliz...
Como dato curioso, en este libro nos presentan por primera vez a Meg y a Parker-Roth, quienes tendrán su propia historia en “El Caballero Desnudo”. Lo bueno de las series es que podemos ver la evolución de los diferentes personajes a lo largo del tiempo.
“El Conde Desnudo” tiene una narrativa ágil con diálogos divertidos y llenos de ironía. Como en todos los libros de esta saga, la tensión sexual se mantiene durante todo el relato, aunque no se resuelve hasta el final. No obstante, no podemos esperar un argumento con sentimientos profundos o una historia de amor intensa e inolvidable, de esas que te llegan al alma. Al igual que el resto de la serie, es un libro entretenido, de fácil lectura, pero sin mayores pretensiones.
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