Cuando ese elegante desconocido le dijo que la quería y la tomó en sus brazos, Pen Bryanston no pudo por menos que reír. El Embajador francés había confiado a Owen D'Arcy la misión de seducir a la joven viuda para que le revelara los secretos que necesitaba conocer.
Pero cuando Owen estrechó a Pen en sus brazos, se vio a sí mismo inesperadamente desarmado. Una mujer que no se derretía ante sus palabras bonitas, ¡una mujer que encontraba divertidas sus insinuaciones!. Desde el principio, Pen notó que era un hombre peligroso, y que su presencia la turbaba.
Pero pronto reparó en que era el hombre que necesitaba, el único que podía ayudarla a resolver el misterio que la había torturado durante tanto tiempo...
Inglaterra, mediados del Siglo XVI. En una época donde las intrigas políticas estaban a la orden del día y el trono del país estaba en peligro puesto que estaba en manos del joven y enfermizo Rey Eduardo, comienza la historia de Owen y Pen...
Owen D'Arcy es un atractivo e inteligente espía francés que se acerca a la joven viuda Pen Bryanston por orden de sus superiores. Lo que comienza como un trabajo más, se convierte en una colaboración mutua y una atracción irresistible y un amor apasionado; pero no exento de peligros y traiciones. Además, Owen oculta un secreto que no se revelará hasta el final de la novela.
Pen es una mujer joven, hermosa y viuda que, en su momento, se casa por amor pero que la prematura muerte de su amado esposo la sume en una profunda tristeza y angustia; incrementada esta por la pérdida de su primer hijo en el parto poco después del fallecimiento de su esposo. Además, su suegra y su cuñado son seres totalmente despreciables que se encargan de amargarle la vida.
Cuando Pen conoce a Owen, encuentra en el atractivo caballero a la persona que podría ayudarla a resolver el misterio que le tortura el alma desde hace dos años...
A partir de ese momento comienzan una serie de aventuras para ambos protagonistas llenas de peligros y traiciones; aderezadas con los problemas de sucesión del trono de Inglaterra y las luchas entre los partidarios de María y los de Isabel; y aquellos que pretendían mantener en el trono al pequeño Eduardo para perpetuar el poder en sus manos.
La de Owen y Pen es una bonita historia de amor, pero no es un relato amable y agradable de leer. Es oscuro y, por momentos, duro. Hay personajes secundarios realmente despreciables y miserables; y escenas realmente desagradables.
No obstante, con Jane Feather casi siempre me pasa lo mismo. En mi opinión, suele darle demasiadas vueltas al argumento y le sobran algunas páginas. A lo largo de la lectura, no he conseguido mantener el mismo nivel de interés, habiendo algunos momentos incluso aburridos.
“Besar a un Espía” me entretuvo pero no me quedaron ganas de volver a leerlo; lo que para mi es un indicativo claro de mi interés por un libro.
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